Desde hace varias décadas, una de las dificultades a las que
tradicionalmente se han tenido que enfrentar los aficionados españoles a la
hora de abordar la lectura de cualquier tebeo del Juez Dredd, ha sido la
ausencia de antecedentes sobre aquello que se estaban leyendo. Esto ha acabado
suponiendo un claro inconveniente a la hora de seguir el camino recorrido por el
personaje, toda vez que la realidad editorial del Juez Dredd transcurre en una
línea temporal que avanza siempre hacia delante, y además lo hace en tiempo
real, lo que desde el punto de vista argumental crea una continuidad y unos
antecedentes que a los aficionados españoles se nos acaban escapando. En este
sentido, la reciente publicación por parte de Ediciones Kraken de Juez Dredd:
Dark Justice, no puede decirse que haya sido la excepción a esta regla general tan consolidada en la trayectoria editorial del
personaje en nuestro país.
En principio, parece bastante evidente que cualquier narración
autoconclusiva puede leerse perfectamente de una manera aislada, pues al fin y
al cabo no deja de ser sino una historia en sí misma, y todos, sin excepción,
hemos empezado a leer comics de manera más o menos habitual por aquel punto en el
que en un momento concreto nos los hemos encontrado. Sin embargo, también es
verdad que cualquier cómic se disfruta más, o cuanto menos se lee mejor, si
abordamos su lectura teniendo en cuenta su adecuado contexto temporal, sus
antecedentes argumentales, las referencias existentes sobre los personajes, etc.
Si relacionamos todo esto con esta última
saga del Juez Dredd que acaba de publicarse en nuestro país, la primera
circunstancia que sería necesario tener en cuenta para introducirse
con buen pie en su lectura es que Dark Justice resulta ser en sí misma una saga
bastante excepcional, en el sentido de que John Wagner no tenía ninguna
intención de volver a trabajar con los Jueces Oscuros, al considerar
que ya había contado todo lo que quería contar sobre ellos y que éstos se
encontraban en un punto en el que los cabos podían considerarse perfectamente
atados y finiquitados respecto de todos ellos.
Esta negativa del escritor era bastante conocida y asumida dentro del fandom, toda vez que el propio John Wagner se había
encargado de afirmarlo así durante los últimos diez años en todas aquellas
entrevistas y convenciones en que se le había incidido sobre dicha cuestión; de
hecho, siempre entra dentro de lo posible que la insistencia hubiera llegado a
producirle un cierto rechazo a la idea de su regreso, aunque tampoco se puede
afirmar nada con rotundidad porque las peticiones eran muchas, y no sólo de los
propios aficionados, sino evidentemente de la propia editorial, que siempre ha
tenido bastante en cuenta el carisma y el reclamo comercial de los Jueces
Oscuros, en especial el de su líder, el Juez Muerte.
En esta situación, uno de los
artistas más destacados del 2000AD (y seguramente de los más queridos también
por el fandom alrededor de Dredd), el británico Greg Staples, fan de toda la
vida de la saga original dibujada por Brian Bolland en los ochenta, decidió
enviarle diferentes emails a John Wagner, adjuntándole con ellos algunas ilustraciones procedentes de una serie de encargos que en ese momento estaba
realizando sobre los personajes y una declaración de intenciones sobre lo que podía hacer con ellos si Wagner llegaba a plantearse
alguna vez traer de vuelta a los Jueces Oscuros.
Toda esa secuencia inicial de
emails (al menos los que han sido publicados) la tenéis incluida en la edición de Kraken, por lo que no
creo que haga falta extenderse mucho más sobre su contenido, toda vez que
resulta bastante obvio que si el tebeo ha acabado viendo la luz es porque John
Wagner acabó dando marcha atrás en su idea inicial sobre los Jueces Oscuros,
seducido por las imágenes que le fue enviando Staples y encantado por las
posibilidades gráficas del proyecto. Staples, por su parte, acabaría tardando
más de dos años en dibujar el guión remitido por Wagner, lo que fue conllevando
a su vez cada vez mayores retrasos en la publicación de la saga, que
inicialmente había sido prevista para ser publicada a principios del pasado año
2014.
Centrada así la génesis artística de Dark Justice, otra situación que
convendría tener en cuenta es el contenido con el que nos vamos a encontrar a
lo largo de los once episodios que componen la saga. Y en este sentido, aparte de
lo más obvio, que es el regreso de los Jueces Oscuros tras muchos años de ausencia, la “otra” inspiración argumental de la saga en
la mente de John Wagner, aparte de evidente, no puede considerarse ningún
secreto, toda vez que una de las frases promocionales que vino a acompañar a su
lanzamiento (“En el espacio nadie puede
oír tus gritos”) dejaba bien a las claras por dónde iban los tiros, al
tratarse de la misma frase que en su día fue incluida dentro de los pósters y
carteles cinematográficos de Alien, el Octavo Pasajero, la película originaria
de la magnífica saga de ciencia ficción de la que Dark Justice ha venido a
tomar prestada buena parte de su ambientación y el escenario principal en el
que se desarrolla, esto es, el claustrofóbico interior de una nave espacial
durante su travesía estelar, cuando por esas cosas de la vida, te encuentras
atrapado en su interior con alguna forma de vida (en este caso no-vida)
extremadamente peligrosa para la integridad de sus ocupantes.
Y lógicamente, además de estas consideraciones artísticas y
argumentales, otra circunstancia que puede resultar interesante a la hora de movernos
por la lectura de Dark Justice con un cierto conocimiento de lo que está
sucediendo, sería situar a sus principales protagonistas y personajes
secundarios en su contexto argumental antes de llegar al punto en el que se
encuentran. Es decir, lo que en la terminología de los tebeos se suele conocer
como “la historia hasta aquí”.
Ambientada a principios del año 2137, lo primero que hay que tener en
cuenta es que Mega-City Uno acaba de atravesar hace apenas dos años una de las
crisis más duras y más extremas a las que ha tenido que hacer frente a lo largo
de su existencia: el llamado Día del Caos (Progs.1743-1789), toda una serie de
ataques terroristas sucesivos y desarrollados en un periodo muy corto de tiempo
(al más puro estilo de la serie televisiva 24, responsable de inmortalizar en
el acervo cultural de nuestros días a la figura del agente Jack Bauer)
llevados a cabo por agentes durmientes de la desaparecida Mega-Este Uno, en
colaboración con grupos terroristas locales, como Total War o Rage (against the
Megs), como venganza por lo sucedido treinta años atrás al final de la Guerra
del Apocalipsis. Dichos ataques se desarrollaron contra las estructuras más
esenciales del Departamento de Justicia y se vieron culminados con la
liberación en la megaciudad de la llamada Plaga del Caos, un arma biológica
producida por los propios científicos de Mega-City Uno, con efectos letales y
bastante similares a los producidos años atrás por la Blockmania, que acabó dejando
diezmada al 40% de su población, seriamente dañadas todas las estructuras de
funcionamiento de la ciudad, e irreversiblemente cuestionada la imagen de los
Jueces a ojos de los ciudadanos, que ya no ven al Sistema Judicial como la
única opción capaz de protegerles y de mantener el orden en las calles. Al
comienzo de Dark Justice, Mega-City Uno lleva dos años en situación de
reconstrucción, siendo precisamente este el contexto en el que ahora se
encuentran los Jueces Dredd y Anderson como principales protagonistas de la
historia y representantes del Departamento de Justicia ante la nueva crisis que
supone este último regreso de los Jueces Oscuros.
En este ambiente de ruinas y de posguerra en el que el día a día de la megaciudad
y la credibilidad del Departamento de Justicia se encuentran todavía sujetos
con alfileres, es en el que también debe enmarcarse la decisión de un gran
número de los ciudadanos más ricos e influyentes de Mega-City Uno de abandonar
la Tierra a bordo de la nave espacial Mayflower con la que comienza la
historia, en este caso a la búsqueda de un planeta habitable en el que volver a
empezar de cero gracias a la tecnología proporcionada por el siglo XXII. Dada
la situación planteada, a nadie se le escapa el intencionado e irónico
paralelismo entre el nombre de la nave espacial y el del famoso barco que
condujo a los peregrinos a las costas norteamericanas de Massachusetts en el
siglo XVII, aunque como ya os podéis imaginar, la historia de unos y otros no haya
acabado exactamente igual a la luz de lo que sucede en las páginas de Dark
Justice. Al fin y al cabo, esto no es el Canal Historia, sino el Juez Dredd, con
toda la sátira e ironía que ello conlleva.
En cuanto a los villanos de la historia, los Jueces Oscuros, su actual
situación parte inicialmente de su separación previa en el año 2124 (es decir,
hace trece años), durante el transcurso de la saga My Name is Death (Progs.
1289-1294). En ella, el Juez Muerte había logrado escapar de su confinamiento,
aunque viéndose obligado a abandonar a sus compañeros ante la imposibilidad de
liberarlos, y con la intención de regresar a por ellos tras decidir abandonar
la megaciudad y esperar el momento más propicio para volver a introducirse en
ella.
Sin embargo, ese momento nunca se llegó a producir, ya que apenas un par
de años más tarde, durante sus vagabundeos por la Tierra Maldita, Muerte había
acabado desapareciendo en medio de una explosión termonuclear, arrastrado al
infierno por aquellos a los que había matado y perseguido por el vengativo
espíritu de una de sus víctimas que buscaba hacer justicia a su familia, tal y
como se había visto al final de The Wilderness Days (Megs. 209-216). Desde entonces nada se había vuelto a saber del Juez Muerte, siendo
ahora en Dark Justice cuando se ha revelado que Nausea y Phobia, las Hermanas de la
Muerte, han conseguido hacerle regresar del infierno en el que se encontraba,
dispuesto esta vez a liberar a sus compañeros aprovechando la precaria
situación en que actualmente se encuentra Mega-City Uno, y ocupando su debilitado
espíritu el cuerpo de un anónimo ciudadano llamado Cutler Davey.
En lo que a los otros tres Jueces Oscuros se refiere, la participación de Miedo, Fuego y Mortis en Dark Justice viene precedida de su última aparición durante el transcurso del Día del Caos. En dicha saga, uno de sus momentos más relevantes tenía lugar cuando se descubría que los antiguos Jueces Soviets habían logrado infiltrar a dos de sus durmientes en la Academia de la Ley desde que eran niños, habiéndose llegado a convertir los mismos en Jueces, y siendo uno de ellos, el Juez Haldane, el que procedía a liberar a los tres Jueces Oscuros de su encierro en la sala de contención en la que se encontraban (Prog. 1781), con el fin de desatarlos sobre la megaciudad en otro de los ataques terroristas que tenían lugar durante el Día del Caos.
Sus cuerpos físicos resultaban destruidos en los enfrentamientos con los Jueces, pero sus espíritus no tenían dificultad en poseer los cuerpos de tres ciudadanos afectados por el virus y armados hasta los dientes, siendo así como se cruzaban en el camino del conocido asesino en serie PJ Maybe, quien se ofrecía a restaurarles a su forma original.
En realidad lo que Maybe pretendía (y conseguía) era salvar su propio pellejo de la amenaza de los Jueces Oscuros, y de paso, atrapar sus espíritus para usarlos luego como mejor conviniera a sus propios fines (Prog. 1786), siendo en esa situación de cautividad, en poder de PJ Maybe, la última vez que habían sido vistos en la serie. Una situación bastante inestable pensada desde un primer momento para conducir a esta saga, puesto que la liberación de Miedo, Fuego y Mortis de la Sala de Contención vino a coincidir en el tiempo con la decisión de Wagner y Staples de llevar a cabo el regreso de los Jueces Oscuros y las primeras noticias sobre Dark Justice.
Y esto nos enlaza precisamente con otro de los personajes que aparecen
en Dark Justice, interpretando un papel menor, pero del que es necesario
hablar toda vez que es el dueño de la casa que aparece en la página 3, es
decir, el ciudadano en cuya mansión se introduce Muerte (ocupando el cuerpo de
Cutler Davey) en busca de sus “hermanos”, y al que los Jueces identifican unas
páginas más tarde como Roberto Smith, sin preocuparse mucho más de él o de lo
que le haya podido ocurrir. Ese personaje es, efectivamente, PJ Maybe en otra
de sus suplantaciones de personalidad.
Tras su captura al final de Mega-City Justice (Progs. 1687-1693),
Maybe había acabado haciendo un trato con los Jueces y resultaba condenado a
cumplir cadena perpetua en los psicocubos (contra el criterio de Dredd, que
abogaba por una rápida y eficaz ejecución), siendo en The Further Dasterdly
Deeds of PJ Maybe (Progs. 1740-1742) donde el famoso asesino en serie lograba fugarse del Psicobloque en
el que se encontraba gracias a la ayuda de uno de sus viejos conocidos de
Ciudad Barranquilla, Don Emilio López, un antiguo Juez de la corrupta
megaciudad sudamericana que es en la actualidad uno de sus más acaudalados y
respetables ciudadanos gracias precisamente a la inestimable ayuda de PJ Maybe
en sus tiempos como Don Pedro Montez.
Conseguida también a través de López la falsa
identidad de Roberto Smith, Maybe se había casado recientemente con la Sra.
Allegra Strepsil (Prog. 1758), una rica y anciana viuda de MegaCity de 98 años
de edad y poseedora de una fortuna estimada en unos cuantos miles de millones.
No hace falta decir que con vistas a cargársela y convertirse a continuación en
su desconsolado viudo y heredero. De hecho, el deteriorado cadáver que aparece
en la primera viñeta de la página 13 de Dark Justice es precisamente el de la desafortunada
Allegra Strepsil, confirmando así el triste y presagiable destino que se le
intuía tras su equivocado matrimonio con Maybe.
Otros personajes que también hacen un breve cameo en Dark Justice, y
que tienen su importancia dentro de la trama, puesto que resultan ser quienes
se han encargado de liberar al Juez Muerte del limbo en el que se encontraba y
de guiarle hasta donde se hallaban sus apresados compañeros, son Nausea y
Phobia, las Hermanas de la Muerte, hechiceras espectrales de otra dimensión,
responsables de la creación de los Jueces Oscuros y figuras desencadenantes de
Necrópolis (Progs. 674-699).
Su última aparición hasta la fecha había tenido lugar durante el transcurso de Lúcido (Megs. 238-241), una historia de Alan Grant y Arthur Ranson aparecida dentro de las páginas de Anderson Psi División, en la que las dos hechiceras de Deadworld utilizaban la mente de un psíquico fallecido para intentar cruzar el puente entre dimensiones a través de las pesadillas que comenzaba a sufrir la Juez Anderson, tras recobrarse del coma sufrido durante su último enfrentamiento con el Juez Muerte en My Name is Death (Progs. 1289-1294) y sus posteriores consecuencias en Half Life (Megs. 214-217 y 221-236).
Aunque imposibilitadas de manifestarse físicamente en Mega-City Uno,
son Nausea y Phobia quienes están utilizando al herido Juez Logan como conducto
para manifestar su influencia psíquica en todo lo que está ocurriendo, de
manera similar a cómo ambas utilizaron a la Juez Kit Agee y a la ciudadana Xena
Lowther en el año 2112 para desencadenar la Necrópolis, de ahí la alusión que
Anderson hace a la Juez Agee en la página 11 de Dark Justice. En aquella
ocasión, Xena Lowther era quien había resultado alcanzada años atrás por el
Juez Muerte, siendo ese contacto el que había permitido a Nausea y Phobia poseerla
e introducirse en ella.
Ahora, de manera paralela a lo sucedido entonces, es el
Juez Logan el que ha resultado alcanzado por el toque del Juez Mortis durante
el transcurso del Día del Caos, durante los confusos momentos en que la Juez
Beeny y él trataban de impedir su fuga y la de sus compañeros (Prog. 1784),
siendo ese contacto el que ha dejado al Juez Logan entre el umbral
de la vida y la muerte y le permite ser utilizado por las Hermanas como
vehículo espiritual para introducirse de nuevo en la dimensión de los Jueces.
Es a Logan a quien la
Juez Anderson está intentando exorcizar psíquicamente en la página 6 de Dark
Justice, intentando así salvar su vida del efecto del contacto del Juez Mortis.
Logan es uno de los Jueces asignados a Dredd y uno de sus hombres de confianza
desde hace diez años, en concreto desde sus primeras apariciones a lo largo de
la saga Total War (Progs. 1408-1419), no siendo un personaje del todo
desconocido para nosotros puesto que ya le habíamos visto anteriormente en la
versión en castellano publicada por Ediciones Kraken de Orígenes, en la que
había perdido por primera vez el brazo en el que le vuelve a alcanzar el Juez
Mortis durante su enfrentamiento en el Día del Caos. Tras haberle sido amputado
ese brazo para tratar de evitar su muerte, el Juez Logan permanece
hospitalizado en la Unidad Médica del Palacio de Justicia, no estando todavía
claro si va a sobrevivir o no al contacto con el espectro.
En esta situación es en la que los ilusionados pasajeros/peregrinos
del Mayflower deciden emprender su viaje espacial a la Tierra Prometida y los
Jueces de Mega-City Uno llegan a la mansión Strepsil en busca de los Jueces Oscuros, comenzando
así la cadena de acontecimientos que desembocan en Dark Justice, un (nuevo) homenaje
tanto a la saga original de Bolland como una vuelta a los terroríficos orígenes de los
Jueces Oscuros, que muchos fans llevaban años esperando y que nadie tenía claro
si iba a llegar alguna vez.
Ahora, lo único que queda por saber es si Dark Justice tendrá
algún tipo de continuación, ya que su final queda lo suficientemente cerrado
como para llegar a considerarlo abierto algún día a una posible secuela, es decir, algo
en cierto modo similar a lo que ocurrió en su día con aquella saga llamada Judge
Death que acabaría desembocando algún tiempo después en Judge Death Lives. Quién
sabe lo que puede deparar el futuro. Al fin y al cabo, todo es posible en el mundo
de los tebeos, incluso el que una historia que nunca iba a llegar a existir, al
final se haya acabado publicando.
Joder: que bueno hubiera sido que el comic hubiera salido con una introducción asi.
ResponderEliminarMuchas gracias
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