sábado, 27 de febrero de 2016

El Día del Juicio

El año 1992 se inició con John Wagner fuera del 2000AD y con Garth Ennis definitivamente a cargo de los guiones de Judge Dredd. Desde mi punto de vista puramente personal, los guiones que Ennis estaba escribiendo en esa misma época para Hellblazer dentro de la línea Vértigo, empezaban a ser claramente superiores a los que estaba escribiendo para el Juez Dredd. De hecho, utilizando términos bastante más rotundos que no vienen al caso, el propio Ennis no está muy contento de aquellas historias que escribió para Dredd, aunque también creo que Ennis puede llegar a ser un crítico muy exagerado de su propio trabajo. Sí que hubo historias que estuvieron bastante bien, aunque tal vez no fueran la mayoría. Y ya puestos, también tengo la impresión de que el proyecto de Hellblazer le atraía mucho más que seguir la estela de Wagner en Judge Dredd.
En lo que se refiere a la serie, antes de que el verano trajese consigo el evento que se tenía preparado para aquel año 1992, los meses de Enero y Febrero vieron la aparición de Justicia-1 (Progs. 766-771) una historia de seis episodios y un total de 36 páginas que presentaba como escenario la citada nave insignia del Departamento de Justicia aparecida por primera vez durante la clásica odisea espacial de la Búsqueda del Juez Niño (Progs. 156-181).
La historia tenía lugar con motivo de un vuelo rutinario de la nave Justicia-1 a las colonias espaciales de Mega-City Uno en Plutón, durante cuyo transcurso uno de los Jueces que formaba parte de la tripulación aparecía misteriosamente asesinado, teniendo Dredd que hacer frente a la tarea de descubrir a un asesino que podía ser perfectamente cualquiera de los otros Jueces que iban en la nave con él. El dibujo y el color corrieron a cargo de Peter Doherty, que al igual que había hecho con Young Death volvió a repetir con éxito el apartado correspondiente a la representación gráfica de la historia.

Por destacar otra de las historias de Ennis que aparecieron durante esos primeros meses del año, otra de las que tuvo su gracia fue Babes in Arms (Progs. 776-779), una enloquecida historia de 24 páginas que presentaba además los primerizos pasos de otro joven seguidor de Bisley recién llegado por aquel entonces al 2000AD, Greg Staples, uno de los ilustradores y portadistas más espectaculares que se pueden encontrar hoy en un cómic. La historia presentaba un relato de venganza a cargo de un grupo de mujeres maltratadas y armadas hasta los dientes que iban cazando a sus maridos uno a uno con el fin de cargárselos, sin importarles mucho los ciudadanos inocentes que se cruzaban en su camino, lo que obligaba a intervenir a Dredd.

Con todo, el gran evento del año era el que iba a aparecer durante los meses de Junio, Julio, Agosto y la primera semana de Septiembre de 1992, con motivo del nuevo Mega-Epic veraniego que iba a protagonizar el Juez Dredd: El Día del Juicio, o lo que es lo mismo, la Cuarta Guerra Mundial, la Guerra Zombie contra Sabbat el Necromagus del año 2114. A modo de curiosidad, merece la pena destacar que sólo han existido tres crossovers entre el 2000AD y el Megazine en la historia del Juez Dredd, siendo éste el primero de ellos.
Desde un punto de vista puramente editorial, su origen tiene un poco que ver con la necesidad de adaptarse y competir con las tendencias que venían del otro lado del Atlántico. En este sentido, los crossovers entre diferentes tebeos de la misma compañía eran un fenómeno bastante frecuente en el mercado norteamericano, pero no en el británico, si bien sus aficionados estaban perfectamente habituados a ellos gracias a la implantación cada vez más masiva de los comics de Marvel y DC en Gran Bretaña. Ante esta situación, la idea de llevar a cabo por primera vez un crossover de estas características con Judge Dredd fue propuesta por el editor del Megazine, David Bishop, quien había convencido a los nuevos responsables de Fleetway Editions de sacar el Megazine con periodicidad quincenal, para lo cual se había optado por renumerar la revista a partir de un nuevo número uno, entendiéndose además que la mejor manera de atraer a los lectores a esa nueva periodicidad y a esa nueva numeración era precisamente la de publicar un crossover entre el 2000AD y el Judge Dredd Megazine, protagonizado en este caso por dos de los principales personajes de la editorial, el Juez Dredd y el cazador de recompensas mutante, Johnny Alpha, el Perro de Stroncio.
Aparte, también hay que tener en cuenta que la muerte de Alpha dos años antes en el Prog. 687, como conclusión de la Solución Final, no había sentado demasiado bien a los seguidores del personaje (de hecho, tanto John Wagner como Carlos Ezquerra la consideraban un error), con lo que el crossover servía además para paliar de alguna manera el disgusto de los aficionados con aquella muerte. Para ello, desde la perspectiva del Perro de Stroncio, se optaba por situar la historia en el año 2178, es decir, antes de que tuviera lugar la muerte del personaje según su cronología oficial, algo que volvería a suceder con las nuevas historias de Alpha que aparecieron posteriormente.

El argumento del nuevo Mega-Epic resultaba ser una obra conjunta de Garth Ennis y John Wagner, si bien era el primero quien se acababa encargando de escribir los guiones de la saga tanto en el 2000AD como en el Megazine, siendo por tanto El Día del Juicio la primera gran macrosaga del Juez Dredd que no aparecía escrita por John Wagner desde la Tierra Maldita, aunque evidentemente estuviese bastante implicado en ella. A efectos argumentales, la idea de envolver a Mega-City Uno en una amenaza zombie tenía bastante de lógica y de continuidad con los millones de cadáveres que habían resultado de Necrópolis y las consecuencias que seguía produciendo la exitosa macrosaga concluida dos años atrás. Por otra parte, su temática venía también a aprovechar el revival del cine de zombies que en aquellos años experimentaba el género tras el primer remake a color del clásico de George A. Romero, la Noche de los Muertos Vivientes, al que por cierto el hoy exitoso Peter Jackson también le sacaría bastante partido ese mismo año.
La macrosaga discurrió alternándose de modo sucesivo en las dos revistas, comprendiendo los Progs. 786-799 del 2000AD y los Megs. 2.04-2.09 del Megazine, siguiendo un episodio del megazine (quincenal) a cada dos que se publicaban del 2000AD (semanal), y siendo precisamente en el 2000AD donde comenzaba la historia, que abarcaba un total de 150 páginas distribuidas a lo largo de los 20 episodios de los que constaba la saga. En el apartado gráfico, la distribución final de los episodios tuvo lugar entre Peter Doherty (1-2, 10-11 y 19) y Carlos Ezquerra (4-5, 7-8, 13-14, 16-17 y 20) en el 2000AD, mientras que Dean Ormston (3, 6, 9, 15 y 18) y Chris Halls (12) se hicieron cargo de los episodios que aparecieron en el Megazine.
 
La diversidad de estilos que resultaba de los diferentes artistas implicados, hacía que la historia llegase a cojear un poco en el aspecto gráfico, produciendo en ocasiones una cierta sensación de ruptura entre lo que se estaba contando. Ormston por ejemplo afrontaba sus páginas con un tratamiento de horror muy estilizado, mientras que Ezquerra estaba contando por las claras una historia de guerra, situándose el estilo de pintura naturalista que mostraba Doherty en algún punto intermedio entre ambos. Seguramente era el estilo estilizado de Ormston el que se encontraba más alejado del dibujo estándar de Dredd que sostenía la historia y que representaba Carlos Ezquerra, por lo que seguramente hubiera sido más coherente encargar los episodios del Megazine a un dibujante más naturalista que Ormston. En cualquier caso todos ellos resultaban buenos en su estilo y el conjunto no sólo presentaba un buen aspecto, sino que además el guión de Ennis se acababa leyendo a la perfección y conseguía proporcionarle a la saga un sentido de amenaza a nivel planetario que la distinguía de los anteriores Mega-Epics de Dredd, básicamente centrados en los desastres que habían afectado de una manera más local a Mega-City Uno.
La historia comenzaba con un desconocido nigromante, Sabbat, que aparecía por primera vez en la serie y que comenzaba a alzar a todos los muertos del planeta desde una localización subterránea desconocida (posteriormente se descubriría que se hallaba en las Tierras Radioactivas de Ji, próximas a Sino-City Uno, en el territorio de la antigua China). Dredd era de los primeros en toparse con los zombies mientras comandaba un grupo de cadetes en su primera misión de evaluación en la Tierra Maldita bajo una situación de aislamiento y condiciones reales de combate, una de las fases más clásicas del entrenamiento de los cadetes que tiene lugar durante su décimo año en la Academia y que es conocida entre los Jueces como Hotdog Run, expresión que me parece de complicada traducción al castellano. Personalmente, yo la traduciría utilizando el “hotdog” de manera parecida al adjetivo que se utiliza en los deportes de cierto riesgo para denotar la pericia que se tiene, es decir, algo así como la Carrera de Habilidad. En Kraken de momento han optado por traducirla como lo que es, una Carrera de Examen.
 
Con el Hotdog Run en marcha y el grupo de inexpertos cadetes a su cargo, Dredd y una de las secundarias más antiguas de la serie, la Juez Perrier, se veían de repente acorralados por los zombies en un alejado puesto minero de la Tierra Maldita, no teniendo más alternativa que comandar a los cadetes en una carrera suicida de regreso a Mega-City Uno. Desde la megaciudad no les podían prestar ayuda, puesto que las naves aéreas se veían imposibilitadas para volar a causa de un extraño fenómeno electromagnético que afectaba a toda la atmósfera terrestre, encontrándose además en ese momento asediada por los millones de cadáveres que comenzaban a surgir de todas partes y se agolpaban ante sus puertas en busca de carne fresca. La carrera de Dredd y los cadetes (entre los que se encontraban Giant y Eckerson, dos de los del grupo que había aparecido durante la Necrópolis) abriéndose paso a tiros y atravesando con las lawmasters el cerco de zombies que asediaba Mega-City Uno, se saldaba con la única baja de la Juez Perrier, una de las principales secundarias de la Guerra del Apocalipsis, y a la que Ennis había traído de vuelta en los Progs. 743-745.
A su llegada, Dredd era informado de que la situación se estaba produciendo a nivel global, en todas las megaciudades del planeta, siendo precisamente MegaCity la que se enfrentaba al mayor número de zombies debido a los 60 millones de cadáveres procedentes de las fosas de enterramiento de la Necrópolis que se habían sumado a los que llegaban procedentes de la Tierra Maldita. Su número cada vez mayor amenazaba con echar abajo las puertas que daban acceso a la ciudad, siendo la situación más crítica en aquellas zonas del Muro que aún no habían sido totalmente reparadas tras la Necrópolis, como ocurría en el Sector 250, por donde los zombies estaban entrando a miles.
 
Con Dredd en primera línea de fuego y haciéndose cargo del mando, los Jueces intentaban tapar la brecha del Muro usando armamento pesado de máxima capacidad destructiva, aprovechando la gravedad de la situación para probar sobre el terreno unos nuevos fusiles de combate que resultaban ser extremadamente contundentes, los Widowmaker, cuya propia denominación hablaba por sí sola de su potencia de fuego, si bien dados los millones de zombies a los que había que hacer frente, apenas bastaban para impedir que el ejército de muertos vivientes levantado por el Necromagus siguiera avanzando.

Mientras todo esto sucedía en Mega-City Uno, al otro lado del planeta, en Hondo City, el cazador de recompensas Johnny Alpha llegaba desde el futuro en persecución de Sabbat, materializándose delante del Juez Inspector Sadu (Progs. 608-611) y varios de sus compañeros nipones, quienes al principio le tomaban por un aliado de Sabbat.
Situando antecedentes, el Perro de Stroncio más temido de la galaxia había recibido una oferta económica imposible de rechazar por parte de la Agencia de Búsqueda y Eliminación para viajar en el tiempo y eliminar al Necromagus, descubriéndose así que éste también procedía del futuro, siendo buscado en su propia época por ser el responsable de la total extinción del planeta Bethsheba. La Agencia había estado a punto de capturar a Sabbat en Bethsheba, pero el Necromagus había logrado escapar viajando al pasado mediante una unidad de desplazamiento temporal que nadie sabía que poseía. Su propósito al retroceder en el tiempo era hacerse con el control de la galaxia, pero no en su propia época, sino desde el pasado, en un momento en el que nadie le conociera ni supiera a lo que se enfrentaban, creando así un futuro divergente en el que él tuviera su control desde el principio. Tras solucionar por la vía dura el malentendido con los Jueces de Hondo City y explicarles quién era Sabbat, de dónde procedía y por qué le estaba buscando, los Jueces japoneses decidían acoger al cazarecompensas mutante como un aliado valioso en la guerra contra el Necromagus.

Mientras tanto, al igual que sucedía en Hondo City y en el resto de megaciudades del planeta, en Mega-City Uno, los Jueces las seguían pasando putas para contener al interminable ejército de muertos vivientes que intentaba penetrar en la megaciudad. Sin munición e imposibilitada para que le llegasen refuerzos, otro de los secundarios de la serie, la Juez Dekker, el mejor cadete que jamás había tenido Dredd para su aprobación (Progs. 370-373), encontraba también su final mientras se hallaba en primera línea de fuego, llevándose con ella a tantos zombies como podía.

Con los Jueces al límite de sus fuerzas, Dredd daba la orden de prender fuego a los muros de Mega-City Uno, utilizando bombas incendiarias, gasolina, napalm, o cualquier otra cosa capaz de achicharrar a cualquier cadáver que se aproximase a ellos. Intentando eliminar a los que también estaban penetrando a través del subsuelo, Dredd y Hershey llegaban a verse acorralados, siendo la propia Juez Jefe, Hilda M. McGruder, la que les salvaba el pellejo mientras acudía a informarles de la inminente reunión que se iba a celebrar en Hondo City entre los representantes de las diferentes megaciudades con el fin de encontrar un remedio a la situación. McGruder y Dredd asistían a ella, dirigiéndose a la megaciudad del sol naciente a bordo de la Justicia-1, la única nave capaz de volar con las extrañas interferencias electromagnéticas que seguían produciéndose, mientras que la Juez Hershey quedaba al mando como Juez en Jefe de Mega-City Uno, en un curioso anticipo de los tiempos que aún estaban por venir.
La reunión servía para que el Juez Dredd y el Perro de Stroncio volvieran a verse las caras tras su primer y conflictivo encuentro en Top Dogs (Judge Dredd Annual 1991), siendo Sadu quien respondía de las buenas intenciones de Alpha, aunque Dredd prefería mantener al cazarecompensas mutante al margen de lo que estaba sucediendo dadas sus motivaciones económicas en el asunto. En cualquier caso, las diferencias entre ambos quedaban aparcadas en el momento en que la conferencia se veía interrumpida al teletransportarse a ella el propio Sabbat, quien alardeaba de su poder y conminaba a los presentes a someterse a una rendición incondicional, antes de volverse a desvanecer tras ver rechazada su propuesta de una manera bastante contundente por parte de Dredd.
 
A pesar de todo, la situación empeoraba por momentos, haciéndose necesaria la toma de decisiones extremas. Así, habiéndose perdido todo contacto con Mega-City Dos y Sino-City Uno, era el propio Dredd quien ponía sobre la mesa la necesidad de llevar a cabo la destrucción nuclear de ambas megaciudades, con el fin de evitar tenerse que enfrentar a otros 1200 millones de zombies sujetos a la voluntad de Sabbat, siendo así como Mega-City Dos y Sino-City Uno resultaban completamente vaporizadas de la existencia y desaparecían para siempre de la faz de la Tierra, en otra de esas confusas decisiones morales que pocos comics plantean mejor que Judge Dredd.
 
El descubrimiento por parte de uno de los científicos japoneses de que Sabbat estaba usando la propia energía electromagnética del planeta como fuente de su nigromancia, permitía por fin a los Jueces localizar la situación del Necromagus, decidiéndose enviar un comando suicida hasta la misma con el objetivo de acabar con su vida por cualquier medio. El comando resultaba estar formado por veinte miembros de las megaciudades asistentes a la conferencia y liderado por el propio Juez Dredd, quien se oponía no obstante a que el Perro de Stroncio formase parte de la misión. Alpha no estaba dispuesto a mantenerse al margen, de manera que antes de partir dejaba inconsciente al Juez Sargento Joyce de la Isla Esmeralda y ocupaba su lugar, enfundándose la armadura de guerra Samurai K-2000 diseñada por los científicos de Hondo City para soportar las condiciones de combate a las que se iban a enfrentar los integrantes de la misión, quienes a continuación eran lanzados desde la Justicia-1 a las Tierras Radioactivas de Ji, donde se encontraba Sabbat.
Como no podía ser de otra forma, la macrosaga llegaba a su conclusión con la eliminación del Necromagus, que resultaba decapitado y su cabeza empalada para toda la eternidad en la roca de magnetita que estaba utilizando para drenar al planeta de su campo electromagnético. Con Sabbat fuera de juego, los zombies que gobernaba volvían a quedar inertes, concluyendo así la amenaza global a la que se había enfrentado todo el planeta. Aun cuando Sabbat permanecía con vida tras la decapitación, su siguiente aparición en el Prog. 816 sería para desvelar que había perdido completamente la razón y que había quedado convertido en un inofensivo vegetal sin mente.

Como conclusión a la macrosaga, tan sólo Dredd y Alpha habían sobrevivido al enfrentamiento final contra el nigromante del futuro, pereciendo también otro secundario más, el Juez Inspector Sadu, cuyo heroico sacrificio era el que había propiciado la derrota final de Sabbat. La última viñeta de la historia, a página completa, con el Juez Dredd y el Perro de Stroncio caminando juntos de regreso a la civilización, era todo un homenaje que el propio Carlos Ezquerra le otorgaba a dos de sus creaciones más reconocidas en el mundo del cómic, en una icónica imagen que seguramente habréis visto reproducida miles de veces en libros, revistas, páginas web y similares, a la hora de hablar de estas dos fantásticas creaciones del ilustrador español.
A modo de valoración final, creo que El Día del Juicio resultó ser una historia bastante entretenida, siendo sin embargo recibida con opiniones muy dispares en su época. Su mayor defecto, aunque no todos se dieran cuenta antes de que el propio Ennis lo desvelase años más tarde, resultaba ser la falta de originalidad en muchos de sus esquemas, puesto que la macrosaga reciclaba muchos de los momentos más impactantes que habían tenido lugar durante la Guerra del Apocalipsis. De hecho, como algunos ya os habréis dado cuenta al leerla, había momentos que resultaban calcados a los de la apocalíptica saga original de Wagner, Grant y el propio Ezquerra, como sucedía con el uso de los experimentales fusiles Stub que en El Día del Juicio eran reemplazados por los experimentales Widowmaker, el comando suicida que se enviaba a MegaEste-Uno y que aquí se enviaba a eliminar a Sabbat, o el momento más polémico de la Guerra del Apocalipsis, cuando Dredd ordenaba la destrucción nuclear de MegaEste-Uno, y que aquí se veía reflejada con la destrucción nuclear de Mega-City Dos y Sino-City Uno propuesta por el propio Dredd.
 

No obstante, sin ánimo de querer excusar a Ennis ni nada parecido, creo que cualquier crítica que se haga a su trabajo en esta saga debe tener en cuenta que Ennis era (y es) un fan declarado del personaje de toda la vida, sintiendo auténtica reverencia por sus grandes sagas, circunstancia que él mismo reconoce que le pesaba mucho a la hora de escribir los guiones, por lo que tampoco resulta muy extraño que su subconsciente le traicionase, voluntaria o involuntariamente, a la hora de revivir aquellos momentos fundamentales de Dredd que le habían impactado diez años atrás, cuando apenas era un crío.

Sea como fuere, al igual que había sucedido con anteriores macrosagas de Dredd, el Día del Juicio tendría también sus consecuencias para la serie, viéndose así en los números inmediatamente posteriores al crossover como las mafias y los señores del crimen de Mega-City Uno aprovechaban lo sucedido para tomar el control de algunas de las zonas de la megaciudad que más daños habían sufrido, tal y como ocurría en la Toma del Sector 123 (Megs. 2.10-2-11), o como bandas de mutantes procedentes de la Tierra Maldita aprovechaban las brechas en el muro para llevar a cabo incursiones dentro de la propia MegaCity Uno en The Marshal (Progs. 800-803), ésta última preparando argumentos que Ennis desarrollaría posteriormente en la serie.
Con todo, la consecuencia argumental más importante que dejaba la Guerra Zombie contra Sabbat el Necromagus era el considerable número de bajas que habían sufrido los Jueces a consecuencia de la Necrópolis primero y el Día del Juicio después. Sin demasiadas opciones para reemplazar las cuantiosas bajas sufridas en tan corto espacio de tiempo, la primera medida que se iba a adoptar era sacar a las calles a numerosos cadetes antes de que hubiera concluido su periodo de formación en la Academia. Y la segunda, era la pretensión de McGruder de reemplazar esas bajas con un cuerpo especial de Jueces Robots que recibía el nombre de Mechanismo, circunstancia que iba a contar con la oposición frontal de Dredd y que iba a dar lugar a una nueva e importante trilogía en la historia en viñetas de Mega-City Uno, esta vez a cargo de John Wagner. De todo ello habrá que tratar en la próxima entrada.

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