viernes, 12 de febrero de 2016

Batman vs Juez Dredd: Juicio sobre Gotham

Sobre Juicio sobre Gotham se han dicho tantas cosas, y por gente más que cualificada en el tema, que a estas alturas de la película resulta difícil saber de lo que hablar sin ser demasiado redundante. Seguramente fue uno de esos tebeos adecuados con la virtud de haber sido publicados en el momento adecuado. En todo caso, la popularidad que le acompañó sirvió para abrirle al personaje las puertas de Hollywood, siendo definitiva la presencia de Batman a la hora de entender la asociación de ideas que acabaría teniendo lugar en toda esta historia.
 
Según cifras de David Bishop en Thrill-Power Overload, la edición americana publicada por DC Comics (en el clásico formato Prestigio y tamaño comic-book) vendió más de 200.000 copias en los USA, mientras que la edición inglesa del 2000AD (en formato Novela Gráfica y el conocido tamaño europeo de toda la vida) vendió cerca de 40.000 ejemplares en UK, debiéndose añadir a eso la rentabilidad que más tarde generarían sus posteriores secuelas. Aquí fue publicada la versión americana por Ediciones Zinco y acabó siendo un material difícil de encontrar. Afortunadamente, la reciente reedición de ECC lo hace hoy bastante accesible para todos; de hecho, me imagino que los que seguís habitualmente a Dredd lo tenéis más o menos en mente mientras estáis leyendo esto.
Haciendo un poco de historia, el famoso primer crossover entre Batman y el Juez Dredd no se puede decir que surgiera de la nada, sino que fue un proyecto que estuvo en preparación durante varios años antes de que finalmente acabase viendo la luz en Diciembre de 1991.

Originalmente, todo nació del propósito de renovación de DC Comics y de los principales personajes de la compañía con el que Jenette Kahn, Paul Levitz y Dick Giordano abordaron la década de los ochenta y del que acabarían surgiendo obras tan imprescindibles como el relanzamiento de la Cosa del Pantano en 1984, Crisis en Tierras Infinitas en 1985, The Dark Knight Returns y Watchmen en 1986, o Sandman en 1989. En este contexto general de revitalización de la editorial, fue cuando DC empezó a poner sus miras y a tener sus primeros contactos con los grandes editores europeos de aquella época, fundamentalmente con Humanoides Asociados y el grupo 2000AD, siendo hacia el año 1986, y más o menos tras la estela del Dark Knight de Miller, cuando el editor de Eagle Comics en los USA y de Titan en UK (y al mismo tiempo, uno de los padres fundadores de la conocida Forbidden Planet), Nick Landau, le propuso por primera vez a Kahn y a Giordano la idea de llevar a cabo un crossover entre Batman y el Juez Dredd con Alan Moore al guión y Brian Bolland a los lápices.
La idea no cuajaría, fundamentalmente porque Alan Moore entendió que un proyecto con el Juez Dredd en el que no estuviera John Wagner, no tenía nada que ver con él, aunque sin embargo la idea permaneció en el ambiente, no sólo en lo referente a llevar a cabo un crossover entre ambos personajes, sino también (y sobre todo gracias a la insistencia de Bolland a Moore) con lo que se convertiría apenas un par de años más tarde en la publicación de Batman: la Broma Asesina, cuyos autores serían precisamente Alan Moore y Brian Bolland.

A finales de 1987 volvió a retomarse de nuevo la idea del crossover entre Batman y Dredd, esta vez con John Wagner y Alan Grant al frente del guión y con Alan Davis a cargo del dibujo. Pero el proyecto tampoco llegó en esta ocasión a tomar una forma definitiva, aunque sí que estuvo bastante cerca de llevarse a cabo; de hecho, con vistas a su preparación, Alan Davis se hizo cargo por primera vez de una historia de Dredd en el 2000AD, Bat Mugger (Prog. 585), donde Dredd se enfrentaba a un personaje claramente inspirado en Batman y que precisamente estaba encaminada a que el artista inglés le tomara el pulso al crossover. Como es sabido, Davis se acabaría decantando al final por el proyecto que le propuso Marvel de darle una serie regular a Excalibur junto a Chris Claremont, si bien, en lo que a nuestro crossover se refiere, algo quedaría también de aquella idea inicial, toda vez que en plena invasión británica de los USA, el dúo formado por John Wagner y Alan Grant comenzaría a hacerse cargo de los guiones de Batman para Detective Comics a partir del #583.
A finales de 1990 volvió a retomarse otra vez el proyecto. Y esta vez, sí que sería la definitiva, siendo designados por ambas editoriales para coordinarlo y ponerlo en marcha los editores Steve McManus (el editor del Megazine) por parte del 2000AD y Denny O´Neil (el editor de los títulos de Batman) por parte de DC Comics, que lo primero que hicieron fue confirmar los autores que iban a hacerse cargo de su realización.
 
En el apartado del guión, John Wagner y Alan Grant resultaron ser la elección obvia para escribir la historia, toda vez que por parte de ambos no había ningún problema en volver a trabajar juntos. Como creador y escritor durante años de Judge Dredd, nadie conocía mejor al personaje que John Wagner, mientras que Alan Grant llevaba ya a esas alturas más de dos años escribiendo los guiones de Batman para Detective Comics. Aparte, Grant había trabajado durante años con Dredd hasta su ruptura con Wagner, mientras que éste también estaba familiarizado con el Hombre Murciélago, puesto que los primeros guiones para Detective Comics habían sido escritos por ambos mientras aún formaban equipo, continuándolos escribiendo Grant en solitario tras la separación de ambos escritores a la conclusión de Oz.
 
En todo caso, parece que no les fue fácil encontrar la manera de abordar el crossover. Wagner ha comentado en alguna entrevista que les llevó meses escribir el guión, básicamente porque al principio intentaron buscar una aproximación más seria al tratamiento de la historia, comparando el aspecto de vigilante de Batman con la idea del estricto cumplimiento de la ley que representaba Dredd, pero al final decidieron llevar a cabo una historia más sencilla que mezclase considerables dosis de comedia y violencia, el estilo que consideraron más adecuado para el dibujante con el que de nuevo iban a volver a trabajar, Simon Bisley.

Bisley se había dado a conocer apenas un par de años antes en el 2000AD con su trabajo en los ABC Warriors, obteniendo a continuación un reconocimiento absoluto en Europa a través de Slaine y de su trilogía El Dios Cornudo, realizada también para el 2000AD y que aquí acabaría siendo publicada por Norma. Su estilo propio, alternando influencias de Frank Frazetta y de Bill Sienkiewicz y acompañado de un fantástico trabajo en el pintado a color, tenía una fuerza visual que resultaba tremendamente expresiva, utilizando además un estilo muy novedoso de narrativa en una época en que la novedad se buscaba como uno de los principales atractivos en los comics. Además, su sección del Heavy Metal Dredd en el Rock Power Magazine, había trascendido al medio propio de los comics, integrándose de lleno en la cultura musical de la época y llegando a aparecer como autor de varias portadas de discos para diferentes grupos norteamericanos y británicos integrados en el rock más duro de aquellos años.
Con todo, lo cierto es que al final volvió a faltar otra vez muy poco para que el proyecto volviese a quedar de nuevo aparcado y sin una fecha clara de salida a pesar de hallarse prácticamente terminado. El motivo fue que DC había dado la orden de que no se publicaría ningún crossover con Batman a lo largo del año 1992 para evitar cualquier tipo de colisión con el inminente estreno cinematográfico de Batman Returns ese mismo verano. De esta manera, Juicio sobre Gotham tenía como fecha máxima de publicación el 31 de Diciembre de 1991. Sin embargo, a medida que la fecha tope de entrega se fue aproximando, McManus se encontró con que a Bisley aún le faltaban por dibujar las dos últimas páginas de la historia.

En una época en la que aún se trabajaba en offset y el correo electrónico aún no había adquirido la dimensión con la que trabajamos hoy en día, las películas con la reproducción de las páginas debían llegar a DC antes de que en los USA celebrasen la festividad de Acción de Gracias (es decir, el cuarto Jueves del mes de Noviembre) o el tebeo no llegaría a tiempo a impresión, circulando como leyenda urbana la historia de que a Bisley hubo que mantenerle despierto durante casi tres días seguidos para que pudiese terminar esas dos páginas a tiempo, siendo su amigo, el dibujante Tony Luke, el responsable de darle alguna que otra ducha fría para que no se durmiera sobre el tablero.

Sea como fuere, el caso es que cuando las páginas llegaron a McManus, éste tuvo que cogerse contrarreloj un vuelo a Dublín y pasarle las películas a alguien de DC que regresaba a Nueva York ese día para pasar la festividad en casa, a fin de que las páginas estuviesen en la imprenta antes de que se fueran a comer y cerrasen. Las páginas llegaron con apenas unas horas de margen y el tebeo se pudo publicar (milagrosamente) en la fecha prevista. Esta imagen promocional a blanco y negro del propio Bisley fue la primera que apareció en el Megazine para anunciar el evento.
Y otra anécdota sobre Juicio sobre Gotham que es bastante famosa en el mundillo alrededor de este tebeo, tiene que ver con una de las reglas de oro que afectan al Juez Dredd como personaje de cómic; en concreto, la regla imposible de traspasar de que a Dredd nunca se le puede ver el rostro, y que Bisley estuvo cerca de saltarse a la torera durante la pelea que transcurría entre Batman y Dredd mientras tenía lugar el interrogatorio del Hombre Murciélago en Mega-City Uno.

Lógicamente, esta viñeta fue vetada por McManus en cuanto el trabajo preliminar a lápiz de Bisley llegó a sus manos, así que al travieso Simon le tocó rehacer la página antes de pasarla a color, quedando así para la curiosidad la primera vez en que al Juez Dredd se le podía ver completamente el rostro sin el casco. Ya puestos, también hubo alguna que otra pega del lado americano con el topless que se marcaba la Juez Anderson en su primera aparición en la historia, y que Bisley se vio obligado a solucionar añadiendo sombreado a la figura de la telépata y suprimiendo en el pintado a color rigurosos detalles de la anatomía femenina; de hecho, como creo que se puede apreciar con cierta nitidez en la secuencia situada un poco más abajo, originalmente tampoco se trataba de un topless, sino que iba un poco más allá.
 
 
Con un total de 62 páginas, Juicio sobre Gotham tomaba a la propia Gotham y a Mega-City Uno como escenarios del crossover, presentando únicamente a dos personajes principales del entorno del Hombre Murciélago, el propio Batman y el Espantapájaros, mientras que el resto de participantes en el crossover pertenecían al universo del Juez Dredd, en cuya continuidad se encontraba además perfectamente integrada la historia. Así, aparte del Espantapájaros, el Juez Muerte resultaba ser el otro villano del crossover, continuando aquí su trayectoria desde su última aparición en Young Death y siendo precisamente en esta historia donde por fin era capturado por los Jueces tras los sucesos de Necrópolis. La Juez Anderson regresaba también al status activo tras casi un año de ausencia forzosa a causa de lo sucedido en Engramas, y su actitud apoyando a Batman y poniendo obstáculos al propio Dredd y a la ley de Mega-City Uno, no auguraba un futuro demasiado halagüeño para la telépata, aun cuando era ella quien acababa resolviendo la tensa situación entre Batman y Dredd y quien capturaba al Juez Muerte.
 
La última aparición destacada por parte del 2000AD era la de Angel Malamáquina, el último superviviente de la Banda de los Angel, que aparecía integrado también en continuidad tras haber recibido su primer serial como protagonista, Travels with Muh Shrink (Progs. 730-736), que se acababa de publicar ese mismo verano en el 2000AD tras cinco años de ausencia desde la última aparición del personaje en la revista. Según confesiones del propio Simon Bisley, fue precisamente con Malamáquina con quien mejor se lo pasó a lo largo del crossover, dándole un aspecto macizo y desproporcionado que luego sería continuado por la mayoría de dibujantes que trabajarían con él.
 
 
Desde el punto de vista argumental, la historia comenzaba con la repentina materialización del Juez Muerte en Gotham City gracias a un cinturón interdimensional, que a medida que avanzaba la trama se iba descubriendo que había sido robado por Malamáquina en Tech-21, los laboratorios de salto interdimensional de la Tek Division donde se custodiaban los dispositivos aparecidos anteriormente en Judge Death Lives y Cuatro Jueces Oscuros. Ante la imposibilidad de liberar a sus compañeros y el acoso que sufría por parte de los Jueces, Muerte había buscado la ayuda de Malamáquina para salir de Mega-City Uno, utilizando el dispositivo interdimensional y yendo a parar a Gotham City, donde empezaba a sembrar cadáveres y obligaba a intervenir a Batman. El cuerpo del Juez Muerte resultaba destruido en el enfrentamiento con el Señor de la Noche, pero su espíritu escapaba y Batman se veía transportado a MegaCity, apareciendo delante mismo de Angel Malamáquina, que buscaba a su vez al desaparecido Juez Muerte, al que acusaba de haberle dejado tirado. El nuevo enfrentamiento entre Batman y Malamáquina acababa con el pirado cyborg del siglo XXII suelto también por Gotham y con Batman en los Cubos de Mega-City Uno tras ser detenido y arrestado por el Juez Dredd, quien estaba a punto de meterle 15 años bajo la acusación de ser un vigilante fuera de la ley y tenencia ilegal de armas. 
Afortunadamente para el héroe de Gotham City, la Juez Anderson se incorporaba al caso al hallarse envuelto el Juez Muerte, introduciéndose en la mente de Batman y comprendiendo todo lo que estaba sucediendo, aunque Dredd no estaba por la labor de pasar por alto los cargos contra él, lo que provocaba el inevitable choque de trenes entre las dos estrellas del crossover, en este caso con Batman en clara desventaja dado el número de adversarios a los que tenía que hacer frente. Sin embargo, Anderson no estaba conforme con el juicio de Dredd, sobre todo cuando ello suponía dejar sueltos al Juez Muerte y a Angel Malamáquina, decidiendo ayudar a Batman a escapar de los Cubos y dirigiéndose con él a los laboratorios de Tech-21 a fin de regresar a Gotham City y detenerlos.

Cabreado con Anderson y decidido a impartir justicia a Batman, Muerte y Malamáquina, Dredd ponía a la Tek Division en movimiento para ir también a Gotham City tras todos ellos, algo con lo que evidentemente contaba la Juez Psíquica, que jamás se había planteado la posibilidad de que Dredd se quedase atrás mientras ella se iba a otra dimensión a por el Juez Muerte y Angel Malamáquina. 
Mientras todo esto sucedía en Mega-City Uno, el Juez Muerte se había encontrado en Gotham con el Espantapájaros, descubriendo su afinidad con una mente obsesionada con el miedo como la que poseía el viejo y clásico villano creado por Bob Kane. De este modo se planteaba una alianza entre ambos, cuyo primer objetivo era hacerse con un nuevo cuerpo para el Juez Muerte y con una vestimenta adecuada para su oscuro rango, dando como resultado algunas de las escenas más divertidas del crossover y siendo precisamente una de ellas el paródico momento en el que Muerte se presentaba a los lectores con su nuevo atuendo de motero. Las diferencias respecto de aquella vestimenta carnavalesca se saldaban con alguna que otra muerte y el acuerdo entre los dos psicópatas de celebrar una matanza generalizada con ocasión del multitudinario concierto de un grupo ficticio de rock llamado Living Death, evento musical hacia el que también se dirigía Angel Malamáquina en busca del Juez Muerte con el fin de ajustar cuentas con él por haberle dejado abandonado en Mega-City Uno. 
El enfrentamiento final entre todos los implicados en el crossover tenía lugar durante el mencionado concierto de Living Death, siendo esa parte final la elegida por Wagner, Grant y Bisley para homenajear a través de un inesperado “bis” a todos aquellos aficionados que les habían seguido durante el último año y medio a través de las páginas del Heavy Metal Dredd, que por esas fechas comenzaban también a reeditarse dentro del Judge Dredd Megazine; de hecho, aquella parte final de Juicio sobre Gotham podría considerarse como la última “pieza musical” que los tres llevaron a cabo juntos. La pista definitiva para identificar lo que estaba sucediendo detrás de aquel final del crossover, se encontraba en los morritos de Mick Jagger que Bisley le plantaba al Juez Muerte al salir a escena, puesto que el tema que Muerte empezaba a cantar era una especie de parodia de la letra del Simpathy for the Devil de los Rolling Stones, en el que Jagger en su interpretación reclamaba ser la fuerza maligna que estaba detrás de todos los actos malvados que afectaban a la humanidad, algo bastante similar al “soy un cabrón alienígena que ha venido a juzgarosss a todosss” que interpretaba el Juez Muerte mientras empezaba a asesinar a los miembros del grupo, pipas y demás guardaespaldas que iban apareciendo sobre el escenario. A modo de curiosidad, el año anterior había tenido lugar el esperado regreso a los escenarios de los Rolling Stones tras casi nueve años de ausencia de giras. 
Aunque no puedo decir que Juicio sobre Gotham, sea precisamente una de mis historias favoritas de Dredd, la carismática presencia de Bisley me lleva a considerarla de una manera positiva, sobre todo teniendo en cuenta que los objetivos que buscan este tipo de crossovers editoriales no son evidentemente los de producir obras maestras. Además, creo que de algún modo también hay que tener en cuenta el implícito giro de tuerca que a modo de homenaje existía a lo largo del crossover hacia las dos sagas más clásicas de los Jueces Oscuros, tanto a la original de presentación del Juez Muerte como a su posterior secuela Judge Death Lives, de la que en aquella época se cumplía el décimo aniversario de su publicación. 

En este sentido, el asesinato inicial de Muerte con el que arrancaba el crossover, suponía un guiño más que evidente a la primera aparición del personaje que había tenido lugar en el Prog. 149. Igualmente, la idea resultante de que Dredd y Anderson acabasen emprendiendo un viaje a otra dimensión en busca del Juez Muerte, no dejaba de recordar al momento en que los dos Jueces más temidos de MegaCity viajaban por primera vez a la dimensión de Deadworld en busca de los Jueces Oscuros. Y lo mismo sucedía con el hecho de que Anderson atrapase de nuevo en su mente al espíritu del Juez Muerte al final de la historia, o ya puestos, con la famosa viñeta del puñetazo de Batman a Dredd, en respuesta a aquella otra mítica viñeta de Judge Death Lives en la que Dredd le plantaba el mismo puñetazo en la cara al Juez Miedo.
 
El éxito comercial obtenido por Juicio sobre Gotham motivó el que ambas editoriales acordasen volver a lanzar al año siguiente un nuevo crossover entre Batman y el Juez Dredd como secuela del anterior, pero esta vez con el Joker en el papel de villano y con el resto de Jueces Oscuros también en escena. Sin embargo, como a estas alturas ya sabéis, no fue precisamente ésa la secuela que acabaría apareciendo a continuación, sino que fue otra distinta, Vendetta en Gotham. Y es que si la trayectoria del primer crossover entre Batman y Dredd fue tortuosa hasta decir basta, la de Morir de Risa fue realmente una prueba de paciencia que acabó tardando más de siete años en verse publicada.
 
Evidentemente, ya habrá otro momento mejor para referirse a esa complicada trayectoria de Morir de Risa y comentar por qué acabaron apareciendo otros dos crossovers diferentes entre Batman y Dredd antes de aquél que verdaderamente estaba previsto que tuviese lugar. Pero antes de que eso llegue, en el intento cronológico que trato de mantener para no perder la perspectiva, lo siguiente que tocará tratar será otro crossover, en este caso el primer crossover oficial que tuvo lugar entre el 2000AD y el Judge Dredd Megazine. Y esta vez con otro invitado muy especial como compañero de reparto de Dredd: Johnny Alpha, el Perro de Stroncio. Y afortunadamente, éste también está publicado en castellano, en este caso por Kraken, así que eso que de nuevo salimos ganando.
 

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