El año 1992 se inició con John Wagner fuera del 2000AD y con Garth
Ennis definitivamente a cargo de los guiones de Judge Dredd. Desde mi punto de
vista puramente personal, los guiones que Ennis estaba escribiendo en esa misma
época para Hellblazer dentro de la línea Vértigo, empezaban a ser claramente
superiores a los que estaba escribiendo para el Juez Dredd. De hecho,
utilizando términos bastante más rotundos que no vienen al caso, el propio
Ennis no está muy contento de aquellas historias que escribió para Dredd,
aunque también creo que Ennis puede llegar a ser un crítico muy exagerado de su
propio trabajo. Sí que hubo historias que estuvieron bastante bien, aunque tal
vez no fueran la mayoría. Y ya puestos, también tengo la impresión de que el
proyecto de Hellblazer le atraía mucho más que seguir la estela de Wagner en
Judge Dredd.
En lo que se refiere a la serie, antes de que el verano trajese
consigo el evento que se tenía preparado para aquel año 1992, los meses de
Enero y Febrero vieron la aparición de Justicia-1 (Progs. 766-771) una historia
de seis episodios y un total de 36 páginas que presentaba como escenario la
citada nave insignia del Departamento de Justicia aparecida por primera vez
durante la clásica odisea espacial de la Búsqueda del Juez Niño (Progs.
156-181).
La historia tenía lugar con motivo de un vuelo rutinario de la nave Justicia-1 a las colonias espaciales de Mega-City Uno en Plutón, durante cuyo transcurso uno de los Jueces que formaba parte de la tripulación aparecía misteriosamente asesinado, teniendo Dredd que hacer frente a la tarea de descubrir a un asesino que podía ser perfectamente cualquiera de los otros Jueces que iban en la nave con él. El dibujo y el color corrieron a cargo de Peter Doherty, que al igual que había hecho con Young Death volvió a repetir con éxito el apartado correspondiente a la representación gráfica de la historia.
La historia tenía lugar con motivo de un vuelo rutinario de la nave Justicia-1 a las colonias espaciales de Mega-City Uno en Plutón, durante cuyo transcurso uno de los Jueces que formaba parte de la tripulación aparecía misteriosamente asesinado, teniendo Dredd que hacer frente a la tarea de descubrir a un asesino que podía ser perfectamente cualquiera de los otros Jueces que iban en la nave con él. El dibujo y el color corrieron a cargo de Peter Doherty, que al igual que había hecho con Young Death volvió a repetir con éxito el apartado correspondiente a la representación gráfica de la historia.
Por destacar otra de las historias de Ennis que aparecieron durante
esos primeros meses del año, otra de las que tuvo su gracia fue Babes in Arms
(Progs. 776-779), una enloquecida historia de 24 páginas que presentaba además
los primerizos pasos de otro joven seguidor de Bisley recién llegado por aquel
entonces al 2000AD, Greg Staples, uno de los ilustradores y portadistas más
espectaculares que se pueden encontrar hoy en un cómic. La historia
presentaba un relato de venganza a cargo de un grupo de mujeres maltratadas y
armadas hasta los dientes que iban cazando a sus maridos uno a uno con el fin
de cargárselos, sin importarles mucho los ciudadanos inocentes que se cruzaban
en su camino, lo que obligaba a intervenir a Dredd.
Con todo, el gran evento del año era el que iba a aparecer durante los
meses de Junio, Julio, Agosto y la primera semana de Septiembre de 1992, con
motivo del nuevo Mega-Epic veraniego que iba a protagonizar el Juez Dredd: El
Día del Juicio, o lo que es lo mismo, la Cuarta Guerra Mundial, la Guerra
Zombie contra Sabbat el Necromagus del año 2114. A modo de curiosidad, merece
la pena destacar que sólo han existido tres crossovers entre el 2000AD y el
Megazine en la historia del Juez Dredd, siendo éste el primero de ellos.
Desde un punto de vista puramente editorial, su origen tiene un poco
que ver con la necesidad de adaptarse y competir con las tendencias que venían del
otro lado del Atlántico. En este sentido, los crossovers entre diferentes
tebeos de la misma compañía eran un fenómeno bastante frecuente en el mercado
norteamericano, pero no en el británico, si bien sus aficionados estaban
perfectamente habituados a ellos gracias a la implantación cada vez más masiva
de los comics de Marvel y DC en Gran Bretaña. Ante esta situación, la idea de llevar a
cabo por primera vez un crossover de estas características con Judge Dredd fue
propuesta por el editor del Megazine, David Bishop, quien había convencido a
los nuevos responsables de Fleetway Editions de sacar el Megazine con
periodicidad quincenal, para lo cual se había optado por renumerar la revista a
partir de un nuevo número uno, entendiéndose además que la mejor manera de atraer
a los lectores a esa nueva periodicidad y a esa nueva numeración era
precisamente la de publicar un crossover entre el 2000AD y el Judge Dredd
Megazine, protagonizado en este caso por dos de los principales personajes de
la editorial, el Juez Dredd y el cazador de recompensas mutante, Johnny Alpha,
el Perro de Stroncio.
Aparte, también hay que tener en cuenta que la muerte de Alpha dos años antes en el Prog. 687, como conclusión de la Solución Final, no había sentado demasiado bien a los seguidores del personaje (de hecho, tanto John Wagner como Carlos Ezquerra la consideraban un error), con lo que el crossover servía además para paliar de alguna manera el disgusto de los aficionados con aquella muerte. Para ello, desde la perspectiva del Perro de Stroncio, se optaba por situar la historia en el año 2178, es decir, antes de que tuviera lugar la muerte del personaje según su cronología oficial, algo que volvería a suceder con las nuevas historias de Alpha que aparecieron posteriormente.
Aparte, también hay que tener en cuenta que la muerte de Alpha dos años antes en el Prog. 687, como conclusión de la Solución Final, no había sentado demasiado bien a los seguidores del personaje (de hecho, tanto John Wagner como Carlos Ezquerra la consideraban un error), con lo que el crossover servía además para paliar de alguna manera el disgusto de los aficionados con aquella muerte. Para ello, desde la perspectiva del Perro de Stroncio, se optaba por situar la historia en el año 2178, es decir, antes de que tuviera lugar la muerte del personaje según su cronología oficial, algo que volvería a suceder con las nuevas historias de Alpha que aparecieron posteriormente.
El argumento del nuevo Mega-Epic resultaba ser una obra conjunta de
Garth Ennis y John Wagner, si bien era el primero quien se acababa encargando
de escribir los guiones de la saga tanto en el 2000AD como en el Megazine,
siendo por tanto El Día del Juicio la primera gran macrosaga del Juez Dredd que no
aparecía escrita por John Wagner desde la Tierra Maldita, aunque evidentemente
estuviese bastante implicado en ella. A efectos argumentales, la idea de
envolver a Mega-City Uno en una amenaza zombie tenía bastante de lógica y de
continuidad con los millones de cadáveres que habían resultado de Necrópolis y
las consecuencias que seguía produciendo la exitosa macrosaga concluida dos
años atrás. Por otra parte, su temática venía también a aprovechar el revival
del cine de zombies que en aquellos años experimentaba el género tras el primer
remake a color del clásico de George A. Romero, la Noche de los Muertos
Vivientes, al que por cierto el hoy exitoso Peter Jackson también le sacaría bastante
partido ese mismo año.
La macrosaga discurrió alternándose de modo sucesivo en las dos
revistas, comprendiendo los Progs. 786-799 del 2000AD y los Megs. 2.04-2.09 del
Megazine, siguiendo un episodio del megazine (quincenal) a cada dos que se
publicaban del 2000AD (semanal), y siendo precisamente en el 2000AD donde
comenzaba la historia, que abarcaba un total de 150 páginas distribuidas a lo
largo de los 20 episodios de los que constaba la saga. En el apartado gráfico,
la distribución final de los episodios tuvo lugar entre Peter Doherty (1-2,
10-11 y 19) y Carlos Ezquerra (4-5, 7-8, 13-14, 16-17 y 20) en el 2000AD,
mientras que Dean Ormston (3, 6, 9, 15 y 18) y Chris Halls (12) se hicieron
cargo de los episodios que aparecieron en el Megazine.
La diversidad de estilos que resultaba de los diferentes artistas
implicados, hacía que la historia llegase a cojear un poco en el aspecto gráfico,
produciendo en ocasiones una cierta sensación de ruptura entre lo que se estaba
contando. Ormston por ejemplo afrontaba sus páginas con un tratamiento de
horror muy estilizado, mientras que Ezquerra estaba contando por las claras una
historia de guerra, situándose el estilo de pintura naturalista que mostraba
Doherty en algún punto intermedio entre ambos. Seguramente era el estilo
estilizado de Ormston el que se encontraba más alejado del dibujo estándar de
Dredd que sostenía la historia y que representaba Carlos Ezquerra, por lo que
seguramente hubiera sido más coherente encargar los episodios del Megazine a un
dibujante más naturalista que Ormston. En cualquier caso todos ellos resultaban
buenos en su estilo y el conjunto no sólo presentaba un buen aspecto, sino que
además el guión de Ennis se acababa leyendo a la perfección y conseguía
proporcionarle a la saga un sentido de amenaza a nivel planetario que la
distinguía de los anteriores Mega-Epics de Dredd, básicamente centrados en los
desastres que habían afectado de una manera más local a Mega-City Uno.
La historia comenzaba con un desconocido nigromante, Sabbat, que
aparecía por primera vez en la serie y que comenzaba a alzar a todos los
muertos del planeta desde una localización subterránea desconocida
(posteriormente se descubriría que se hallaba en las Tierras Radioactivas de
Ji, próximas a Sino-City Uno, en el territorio de la antigua China). Dredd era
de los primeros en toparse con los zombies mientras comandaba un grupo de
cadetes en su primera misión de evaluación en la Tierra Maldita bajo una
situación de aislamiento y condiciones reales de combate, una de las fases más
clásicas del entrenamiento de los cadetes que tiene lugar durante su décimo año
en la Academia y que es conocida entre los Jueces como Hotdog Run, expresión
que me parece de complicada traducción al castellano. Personalmente, yo la
traduciría utilizando el “hotdog” de manera parecida al adjetivo que se utiliza
en los deportes de cierto riesgo para denotar la pericia que se tiene, es
decir, algo así como la Carrera de Habilidad. En Kraken de momento han optado
por traducirla como lo que es, una Carrera de Examen.
Con el Hotdog Run en marcha y el grupo de inexpertos cadetes a su
cargo, Dredd y una de las secundarias más antiguas de la serie, la Juez
Perrier, se veían de repente acorralados por los zombies en un alejado puesto
minero de la Tierra Maldita, no teniendo más alternativa que comandar a los
cadetes en una carrera suicida de regreso a Mega-City Uno. Desde la megaciudad
no les podían prestar ayuda, puesto que las naves aéreas se veían
imposibilitadas para volar a causa de un extraño fenómeno electromagnético que
afectaba a toda la atmósfera terrestre, encontrándose además en ese momento
asediada por los millones de cadáveres que comenzaban a surgir de todas partes
y se agolpaban ante sus puertas en busca de carne fresca. La carrera de Dredd y
los cadetes (entre los que se encontraban Giant y Eckerson, dos de los del
grupo que había aparecido durante la Necrópolis) abriéndose paso a tiros y
atravesando con las lawmasters el cerco de zombies que asediaba Mega-City Uno,
se saldaba con la única baja de la Juez Perrier, una de las principales secundarias de la Guerra del
Apocalipsis, y a la que Ennis había traído de vuelta en los Progs. 743-745.
A su llegada, Dredd era informado de que la situación se estaba
produciendo a nivel global, en todas las megaciudades del planeta, siendo
precisamente MegaCity la que se enfrentaba al mayor número de zombies debido a
los 60 millones de cadáveres procedentes de las fosas de enterramiento de la
Necrópolis que se habían sumado a los que llegaban procedentes de la Tierra Maldita.
Su número cada vez mayor amenazaba con echar abajo las puertas que daban acceso
a la ciudad, siendo la situación más crítica en aquellas zonas del Muro que aún
no habían sido totalmente reparadas tras la Necrópolis, como ocurría en el
Sector 250, por donde los zombies estaban entrando a miles.
Con Dredd en primera línea de fuego y haciéndose cargo del mando, los
Jueces intentaban tapar la brecha del Muro usando armamento pesado de máxima capacidad
destructiva, aprovechando la gravedad de la situación para probar sobre el
terreno unos nuevos fusiles de combate que resultaban ser extremadamente
contundentes, los Widowmaker, cuya propia denominación hablaba por sí sola de su
potencia de fuego, si bien dados los millones de zombies a los que había que
hacer frente, apenas bastaban para impedir que el ejército de muertos vivientes levantado por el Necromagus siguiera avanzando.
Mientras todo esto sucedía en Mega-City Uno, al otro lado del planeta,
en Hondo City, el cazador de recompensas Johnny Alpha llegaba desde el futuro
en persecución de Sabbat, materializándose delante del Juez Inspector Sadu
(Progs. 608-611) y varios de sus compañeros nipones, quienes al principio le
tomaban por un aliado de Sabbat.
Situando antecedentes, el Perro de Stroncio más temido de la galaxia
había recibido una oferta económica imposible de rechazar por parte de la
Agencia de Búsqueda y Eliminación para viajar en el tiempo y eliminar al
Necromagus, descubriéndose así que éste también procedía del futuro, siendo
buscado en su propia época por ser el responsable de la total extinción del
planeta Bethsheba. La Agencia había estado a punto de capturar a Sabbat en
Bethsheba, pero el Necromagus había logrado escapar viajando al pasado mediante
una unidad de desplazamiento temporal que nadie sabía que poseía. Su propósito
al retroceder en el tiempo era hacerse con el control de la galaxia, pero no en
su propia época, sino desde el pasado, en un momento en el que nadie le
conociera ni supiera a lo que se enfrentaban, creando así un futuro divergente
en el que él tuviera su control desde el principio. Tras solucionar por la vía
dura el malentendido con los Jueces de Hondo City y explicarles quién era
Sabbat, de dónde procedía y por qué le estaba buscando, los Jueces japoneses
decidían acoger al cazarecompensas mutante como un aliado valioso en la guerra
contra el Necromagus.
Mientras tanto, al igual que sucedía en Hondo City y en el resto de
megaciudades del planeta, en Mega-City Uno, los Jueces las seguían pasando putas
para contener al interminable ejército de muertos vivientes que intentaba
penetrar en la megaciudad. Sin munición e imposibilitada para que le llegasen
refuerzos, otro de los secundarios de la serie, la Juez Dekker, el mejor cadete
que jamás había tenido Dredd para su aprobación (Progs. 370-373), encontraba
también su final mientras se hallaba en primera línea de fuego, llevándose con
ella a tantos zombies como podía.
Con los Jueces al límite de sus fuerzas, Dredd daba la orden de
prender fuego a los muros de Mega-City Uno, utilizando bombas incendiarias,
gasolina, napalm, o cualquier otra cosa capaz de achicharrar a cualquier
cadáver que se aproximase a ellos. Intentando eliminar a los que también
estaban penetrando a través del subsuelo, Dredd y Hershey llegaban a verse
acorralados, siendo la propia Juez Jefe, Hilda M. McGruder, la que les
salvaba el pellejo mientras acudía a informarles de la inminente reunión que se
iba a celebrar en Hondo City entre los representantes de las diferentes
megaciudades con el fin de encontrar un remedio a la situación. McGruder y
Dredd asistían a ella, dirigiéndose a la megaciudad del sol naciente a bordo de
la Justicia-1, la única nave capaz de volar con las extrañas interferencias
electromagnéticas que seguían produciéndose, mientras que la Juez Hershey
quedaba al mando como Juez en Jefe de Mega-City Uno, en un curioso anticipo de
los tiempos que aún estaban por venir.
La reunión servía para que el Juez Dredd y el Perro de Stroncio
volvieran a verse las caras tras su primer y conflictivo encuentro en Top Dogs
(Judge Dredd Annual 1991), siendo Sadu quien respondía de las buenas
intenciones de Alpha, aunque Dredd prefería mantener al cazarecompensas mutante
al margen de lo que estaba sucediendo dadas sus motivaciones económicas en el
asunto. En cualquier caso, las diferencias entre ambos quedaban aparcadas en el
momento en que la conferencia se veía interrumpida al teletransportarse a ella
el propio Sabbat, quien alardeaba de su poder y conminaba a los presentes a
someterse a una rendición incondicional, antes de volverse a desvanecer tras
ver rechazada su propuesta de una manera bastante contundente por parte de
Dredd.
A pesar de todo, la situación empeoraba por momentos, haciéndose
necesaria la toma de decisiones extremas. Así, habiéndose perdido todo contacto
con Mega-City Dos y Sino-City Uno, era el propio Dredd quien ponía sobre la
mesa la necesidad de llevar a cabo la destrucción nuclear de ambas
megaciudades, con el fin de evitar tenerse que enfrentar a otros 1200 millones
de zombies sujetos a la voluntad de Sabbat, siendo así como Mega-City Dos y
Sino-City Uno resultaban completamente vaporizadas de la existencia y desaparecían
para siempre de la faz de la Tierra, en otra de esas confusas decisiones
morales que pocos comics plantean mejor que Judge Dredd.
El descubrimiento por parte de uno de los científicos
japoneses de que Sabbat estaba usando la propia energía electromagnética del
planeta como fuente de su nigromancia, permitía por fin a los Jueces localizar
la situación del Necromagus, decidiéndose enviar un comando suicida hasta la misma
con el objetivo de acabar con su vida por cualquier medio. El comando resultaba
estar formado por veinte miembros de las megaciudades asistentes a la
conferencia y liderado por el propio Juez Dredd, quien se oponía no obstante a
que el Perro de Stroncio formase parte de la misión. Alpha no estaba dispuesto
a mantenerse al margen, de manera que antes de partir dejaba inconsciente al
Juez Sargento Joyce de la Isla Esmeralda y ocupaba su lugar, enfundándose la
armadura de guerra Samurai K-2000 diseñada por los científicos de Hondo City
para soportar las condiciones de combate a las que se iban a enfrentar los
integrantes de la misión, quienes a continuación eran lanzados desde la
Justicia-1 a las Tierras Radioactivas de Ji, donde se encontraba Sabbat.
Como no podía ser de otra forma, la macrosaga llegaba a su conclusión
con la eliminación del Necromagus, que resultaba decapitado y su cabeza
empalada para toda la eternidad en la roca de magnetita que estaba utilizando
para drenar al planeta de su campo electromagnético. Con Sabbat fuera de juego,
los zombies que gobernaba volvían a quedar inertes, concluyendo así la amenaza
global a la que se había enfrentado todo el planeta. Aun cuando Sabbat
permanecía con vida tras la decapitación, su siguiente aparición en el Prog.
816 sería para desvelar que había perdido completamente la razón y que había
quedado convertido en un inofensivo vegetal sin mente.
Como conclusión a la macrosaga, tan sólo Dredd y Alpha habían
sobrevivido al enfrentamiento final contra el nigromante del futuro, pereciendo
también otro secundario más, el Juez Inspector Sadu, cuyo heroico sacrificio
era el que había propiciado la derrota final de Sabbat. La última viñeta de la
historia, a página completa, con el Juez Dredd y el Perro de Stroncio caminando
juntos de regreso a la civilización, era todo un homenaje que el propio Carlos
Ezquerra le otorgaba a dos de sus creaciones más reconocidas en el mundo del
cómic, en una icónica imagen que seguramente habréis visto reproducida miles de
veces en libros, revistas, páginas web y similares, a la hora de hablar de estas
dos fantásticas creaciones del ilustrador español.
A modo de valoración final, creo que El Día del Juicio resultó ser una
historia bastante entretenida, siendo sin embargo recibida con opiniones muy
dispares en su época. Su mayor defecto, aunque no todos se dieran cuenta antes
de que el propio Ennis lo desvelase años más tarde, resultaba ser la falta de
originalidad en muchos de sus esquemas, puesto que la macrosaga reciclaba
muchos de los momentos más impactantes que habían tenido lugar durante la Guerra
del Apocalipsis. De hecho, como algunos ya os habréis dado cuenta al leerla,
había momentos que resultaban calcados a los de la apocalíptica saga original
de Wagner, Grant y el propio Ezquerra, como sucedía con el uso de los
experimentales fusiles Stub que en El Día del Juicio eran reemplazados por los
experimentales Widowmaker, el comando suicida que se enviaba a MegaEste-Uno y
que aquí se enviaba a eliminar a Sabbat, o el momento más polémico de la Guerra
del Apocalipsis, cuando Dredd ordenaba la destrucción nuclear de MegaEste-Uno,
y que aquí se veía reflejada con la destrucción nuclear de Mega-City Dos y
Sino-City Uno propuesta por el propio Dredd.
No obstante, sin ánimo de querer excusar a Ennis ni nada parecido, creo que cualquier crítica que se haga a su trabajo en esta saga debe tener en cuenta que Ennis era (y es) un fan declarado del personaje de toda la vida, sintiendo auténtica reverencia por sus grandes sagas, circunstancia que él mismo reconoce que le pesaba mucho a la hora de escribir los guiones, por lo que tampoco resulta muy extraño que su subconsciente le traicionase, voluntaria o involuntariamente, a la hora de revivir aquellos momentos fundamentales de Dredd que le habían impactado diez años atrás, cuando apenas era un crío.
Sea como fuere, al igual que había sucedido con anteriores macrosagas
de Dredd, el Día del Juicio tendría también sus consecuencias para la serie,
viéndose así en los números inmediatamente posteriores al crossover como las
mafias y los señores del crimen de Mega-City Uno aprovechaban lo sucedido para
tomar el control de algunas de las zonas de la megaciudad que más daños habían
sufrido, tal y como ocurría en la Toma del Sector 123 (Megs. 2.10-2-11), o como
bandas de mutantes procedentes de la Tierra Maldita aprovechaban las brechas en
el muro para llevar a cabo incursiones dentro de la propia MegaCity Uno en The
Marshal (Progs. 800-803), ésta última preparando argumentos que Ennis
desarrollaría posteriormente en la serie.
Con todo, la consecuencia argumental más importante que dejaba la
Guerra Zombie contra Sabbat el Necromagus era el considerable número de bajas
que habían sufrido los Jueces a consecuencia de la Necrópolis primero y el Día
del Juicio después. Sin demasiadas opciones para reemplazar las cuantiosas bajas
sufridas en tan corto espacio de tiempo, la primera medida que se iba a adoptar
era sacar a las calles a numerosos cadetes antes de que hubiera concluido su
periodo de formación en la Academia. Y la segunda, era la pretensión de
McGruder de reemplazar esas bajas con un cuerpo especial de Jueces Robots que
recibía el nombre de Mechanismo, circunstancia que iba a contar con la
oposición frontal de Dredd y que iba a dar lugar a una nueva e importante
trilogía en la historia en viñetas de Mega-City Uno, esta vez a cargo de John
Wagner. De todo ello habrá que tratar en la próxima entrada.
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